Hay una generación a la que la crisis económica más reciente en Argentina, acompañada de levantamiento popular, tomas y asambleas barriales le parece tan lejana como la toma de la Bastilla. Para otros, es algo más reciente y su recuerdo latente muchas veces sirve de argumento para minimizar crisis actuales, desbarajustes socio-político-económicos de nuestra cotidianidad.
Una palabra que, en verdad, es una acción motoriza este relato como también el impulso de una u otra de las generaciones que mencionamos. La memoria es el engranaje que hace girar la rueda de las transformaciones sociales.
Hoy Chile y sus calles cargadas de reclamos tuertos que sueñan otro futuro y carabineros cegadores del pueblo esperanzado, hace resurgir la natural fuerza de lucha de jóvenes que despiertan a la vida y adultos que conservan intacta la llama de la primavera.
Los jóvenes, saben del Chile de hoy y a partir de ello quizá comienzan a conocer el Chile de Salvador Allende y el deseo de que “mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”. Ahí pinchando está la memoria que hace despertar la historia.
Se encontrarán las dos generaciones conversando, quizá junto a un mate, y una le dirá a la otra que así como los pacos en Chile disparan a los ojos de quienes reclaman, en Argentina, en el 2001 los milicos, la gendarmería y otras fuerzas represivas también disparaban y sembraban muerte. Y tanto de este lado como del otro de la cordillera, lo hicieron estando sus países en democracia. Como en democracia también se asesinó y desapareció gente durante el gobierno que finalizó su ciclo en diciembre de 2019 en Argentina.
La crisis del 2001 para muchos llegó como realidad pasada mediante documentales. Uno fundamental, realizado por el cineasta y militante Pino Solanas se denomina Memoria del Saqueo, que integra la trilogía que incluye otros dos documentales imprescindibles: La Dignidad de los Nadies y Argentina Latente.
Muerte, secuestros, torturas todo eso pasa en el Chile de hoy. Todo eso pasó en la Argentina de 2001. Todo eso en democracia…y el aguijón de la memoria pinchando nuevamente y emparentando todo con los gobiernos de factos del setenta, a un lado y otro de la cordillera.
Buscan saquearnos siempre lo más importante, eso que permite darnos impulso. Siempre buscan saquearnos la memoria, eso que no puede comprarse tan fácil, que no puede robarse tan fácil porque no es tan fácil ver quién la porta y quién no.
La memoria siempre tiene de aliadas a la poesía y a la música, para decir lo que duele de forma dulce y hasta con una sonrisa. Coqui Ortiz, músico y compositor chaqueño, canta un poema del escritor Bosquín Ortega que dice de forma certera “Querida hermana memoria, siempre lucha por recordar. No olvida quien no recuerda, sino el que elige olvidar”.